El mundo del fútbol siempre ha estado rodeado de rumores y especulaciones, y los periodistas especializados en fichajes juegan un papel fundamental en esta dinámica. Sin embargo, el reciente escándalo que ha puesto a Fabrizio Romano en el centro de la controversia resalta los desafíos éticos que enfrenta el periodismo deportivo en la era moderna. Su trabajo se cuestiona desde un medio de Dinamarca. En Tipsbladet acusan a Romano de ser “portavoz de las agendas que quieren imponer los agentes” e incluso lucrarse a cambio de aparecer en sus redes como si de información se tratara cuando sería gestionada como una maniobra de publicidad.
La joven promesa Roony Bardghji, del fútbol europeo, se encontró en medio de esta tormenta cuando su exclusión del equipo titular del Copenhague fue vinculada a una disputa contractual, según la revelación de Romano. Esta situación desencadenó una serie de críticas hacia el periodista. Acusándolo de estar más interesado en servir a los agentes de los jugadores que en informar con integridad.
Fabrizio Romano en medio de acusaciones
Fabrizio Romano es un periodista italiano especializado en dar información sobre fichajes de clubes de todo el mundo. Sus exclusivas durante las ventanas de traspasos tienen millones de interacciones y ha viralizado su lema: “Here we go” (‘Aquí vamos’), que utiliza para confirmar una operación del mercado. Con 20 millones de seguidores en X , otros 27 en Instagram, más de dos en YouTube, Fabrizio Romano es desde hace tiempo el rey del periodismo deportivo en las redes sociales. Ahora un escándalo amenaza con tumbar su imagen como gurú del mercado de fichajes.
Todo ha estallado por la información que Fabrizio Romano compartió en sus redes sociales, a comienzo de la semana, sobre Roony Bardghji. Este futbolista de sólo 18 años juega en el Copenhague. El periodista italiano afirmó que, debido a una disputa acerca de su contrato, el club danés está excluyendo a su joven estrella del primer equipo. El Copenhague salió al paso para desmentir la información divulgada por Fabrizio Romano. Ahora está en el punto de mira de los medios de comunicación daneses.
Pide cantidades de dinero, diferentes según cada caso y manera de publicar la información, por dar visibilidad a rumores de fichajes que pueden interesar tanto a los equipos como a los propios futbolistas. Un mensaje suyo en Twitter costaría unos 1.000 euros más IVA. Muchos clubes o agentes consideran que es rentable para promocionar algunos jugadores y que surjan intereses de otros equipos. Aún Romano ha salido a realizar alguna declaración respecto al tema.
